Un perro en libertad
Frank Correa
Salvó la vida milagrosamente gracias a Francisco Chaviano, opositor al gobierno comunista sancionado a trece años de prisión por sus actividades contestatarias, quien lo escondió en los predios de un viejo taller colindante con su barraca, y logró sacarlo a la libertad tras una meticulosa operación de fuga.
Los siete hermanos de Chipi y la madre fueron liquidados por los guardias que cuidaban el penal, en complicidad con algunos presos comunes. La población de animales en el Combinado del Este se había disparado por esos días y la jefatura dio la orden de sacrificarlos a todos. Los metían en sacos y los arrojaban al mar, o los mataban de las formas más crueles. Chaviano se las ingenió para poner al cachorro a salvo, pero los detalles de la evasión no conviene revelarlos.
Hoy Chipi es un perro libre, se le ve por la casa, saliendo y entrando en alocada carrera, cazando lagartijas, cuidando el perímetro.
Conoce a muchos disidentes y líderes políticos, incluso participa en las reuniones de la colación de fuerzas pro democráticas Agenda para la Transición Cubana, echado en un rincón, observándolo todo en extraña complicidad con su dueño.
beilycorrea@yahoo.es
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